
Club Zero
🎬 Año: 2023
⏱ Duración: 1h 50 min
🌍 País: Austria
🎥 Director: Jessica Hausner
📖 Novela: Ninguna
🎭 Género: Suspense, Drama, Comedia
💰 Presupuesto: Desconocido
💵 Taquilla: $182.240
Club Zero: Cuando el control se disfraza de conciencia
Una fábula inquietante sobre la manipulación moderna
Club Zero, dirigida por Jessica Hausner y estrenada en 2023, es una de esas películas que incomodan desde el primer momento. Su estética pulcra, casi quirúrgica, choca con la creciente sensación de malestar que se apodera del espectador a medida que avanza la historia. Lo que a primera vista parece una crítica al culto a la alimentación sana se revela como una alegoría retorcida sobre el poder de la persuasión, la fragilidad de los adolescentes y el modo en que las ideologías extremas pueden infiltrarse en los entornos más insospechados, incluso una prestigiosa escuela.
Con una puesta en escena minimalista y una narrativa fría, Hausner disecciona con precisión escalofriante la psicología de grupo y la necesidad humana de pertenecer, de creer, incluso a costa de la propia identidad. No es una película para todos los gustos, pero sí una obra que deja huella.
La historia: el germen de una doctrina peligrosa
Miss Novak (Mia Wasikowska) llega a una exclusiva escuela privada para impartir un curso sobre alimentación consciente. Desde su primera aparición, su figura rígida, su tono suave pero firme y su extraño aura generan una inquietud difícil de explicar. Poco a poco, comienza a captar la atención de un grupo de estudiantes, jóvenes inteligentes pero vulnerables, que se sienten incomprendidos en sus hogares o atrapados en la presión académica.
Lo que empieza como un discurso aparentemente saludable sobre la conexión cuerpo-mente se transforma en una peligrosa doctrina: la «alimentación consciente cero», que implica reducir paulatinamente el consumo de alimentos hasta llegar a la inanición voluntaria. Bajo la influencia de Miss Novak, los estudiantes no solo aceptan esta práctica, sino que la convierten en símbolo de pureza, autocontrol y superioridad moral.
El horror no viene de lo explícito, sino de la calma con la que todo se desarrolla. Padres, profesores y la propia institución educativa parecen incapaces de intervenir de forma efectiva. Y ese es precisamente uno de los mensajes más perturbadores del film: cómo las estructuras de poder, cuando están desconectadas emocionalmente, permiten que el extremismo florezca.
Mia Wasikowska: ambigüedad y carisma perturbador
La actuación de Mia Wasikowska es el corazón helado de Club Zero. Su Miss Novak no es una fanática desquiciada, sino una figura contenida, enigmática, incluso amable. Nunca alza la voz, nunca pierde la compostura. Esa serenidad constante es lo que la convierte en una figura tan peligrosa: habla desde la razón, desde la calma, desde una supuesta preocupación por el bienestar de sus alumnos.
Wasikowska construye un personaje inquietante sin necesidad de explosiones emocionales, y logra transmitir que detrás de su sonrisa hay una rigidez ideológica que roza lo sectario. La manera en que convence a los jóvenes, cómo adapta su discurso a las inseguridades de cada uno, es un testimonio aterrador de lo fácil que es seducir con palabras bien escogidas.
Estética, control y frialdad narrativa
Visualmente, Club Zero es una obra de contrastes. Los encuadres estáticos, los colores planos y los espacios simétricos refuerzan la sensación de orden, de limpieza, de perfección. Pero debajo de esa superficie impoluta, hay algo que se pudre. La frialdad estética no es solo una elección estilística: es una declaración de intenciones.
Jessica Hausner, conocida por películas como Lourdes o Little Joe, no busca conmover al espectador, sino inquietarlo. Aquí no hay música melodramática ni gestos grandilocuentes. Todo es contenido, medido, casi clínico. Y eso hace que la transformación de los estudiantes, su entrega total a la doctrina de Novak, sea aún más espeluznante.
La película propone más preguntas que respuestas. ¿Dónde empieza la autonomía personal y dónde termina la responsabilidad institucional? ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a seguir una idea para sentir que pertenecemos a algo? ¿Y qué dice esto sobre nuestra sociedad obsesionada con el control del cuerpo y la autoimagen?
Curiosidades y recepción
- Club Zero fue seleccionada para competir por la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2023, generando reacciones divididas: algunos críticos la elogiaron por su audacia temática y su dirección precisa, mientras que otros criticaron su frialdad y ritmo lento.
- Mia Wasikowska trabajó estrechamente con Hausner para construir un personaje que fuera a la vez atractivo y perturbador, sin caer en caricaturas.
- La película fue filmada en Austria, y el diseño de producción buscó deliberadamente una estética impersonal, casi futurista, para subrayar el carácter atemporal de la historia.
- Aunque la historia es ficticia, está inspirada libremente en casos reales de trastornos alimenticios convertidos en movimientos ideológicos dentro de comunidades cerradas.
Una advertencia envuelta en seda
Club Zero es una experiencia incómoda, pero necesaria. En un mundo donde la información se mezcla con creencias peligrosas, y donde la autoridad puede disfrazarse de cuidado, esta película funciona como una advertencia: el pensamiento crítico es nuestra última defensa contra el lavado de cerebro emocional.
Con una dirección quirúrgica, una protagonista hipnótica y un guion que deja mucho para reflexionar, Club Zero se inscribe dentro del cine que no busca entretener fácilmente, sino confrontar. En su aparente frialdad, hay una pasión urgente por denunciar cómo los vacíos afectivos y sociales pueden ser terreno fértil para los dogmas más oscuros. Es una obra que nos obliga a mirar más allá de las buenas intenciones y preguntarnos qué estamos dispuestos a aceptar en nombre del bienestar, la pureza o la pertenencia.
Una película que incomoda, sí. Pero también una que se queda en la cabeza, como una idea insidiosa que, una vez plantada, no se puede ignorar.