
X
⚠️ Motivo de controversia: *X* generó incomodidad por su violencia gráfica y la mezcla explícita de sexo y terror, incluyendo asesinatos sangrientos que no escatiman en crudeza.
🎬 Año: 2022
⏱ Duración: 1h 45 min
🌍 País: Estados Unidos
🎥 Director: Ti West
📖 Novela: N/A
🎭 Género: Terror, Suspense
💰 Presupuesto: $1.000.000
💵 Taquilla: $14.745.049
X de Ti West: cuerpos, deseo y horror en la América que reprime
Cuando el slasher se atreve a hablar del deseo sin culpa
Hay películas que uno empieza creyendo que ya conoce. Un grupo de jóvenes, una cabaña aislada, una amenaza latente. Pero X, dirigida por Ti West, se mete bajo la piel por motivos que van mucho más allá de su fachada de slasher rural. No es solo una película de horror con sangre y sexo. Es una reflexión sobre la juventud, el deseo, la represión y el paso del tiempo. Y lo hace con una sensibilidad que pocas veces se ve en el género.
Estrenada en 2022, X fue la primera entrega de una trilogía inesperada, seguida por Pearl (2022) y MaXXXine (2024). Pero incluso por sí sola, esta película se sostiene como una obra inquietante y profundamente consciente de lo que está haciendo con cada plano. Aquí, el horror no solo está en lo que mata. Está en lo que se ha perdido.
Pornografía, religión y muerte en un mismo plano
La historia arranca con un grupo de jóvenes que viajan a una granja remota de Texas para filmar una película pornográfica en secreto. Es 1979, el mundo está cambiando, el cuerpo comienza a liberarse… pero no sin consecuencias. Alquilan una casa de huéspedes en la propiedad de una pareja de ancianos, Howard y Pearl, y la tensión no tarda en aparecer.
A primera vista, todo parece un homenaje descarado a The Texas Chain Saw Massacre, y en cierto modo lo es. Pero X no se limita a repetir fórmulas. Usa los códigos del género para hablar de cómo el deseo femenino, en especial cuando envejece, es demonizado y borrado del discurso cultural. Pearl, la anciana que observa desde las sombras, no es solo una villana. Es una mujer llena de una añoranza brutal. Quiere lo que alguna vez tuvo: juventud, belleza, atención, piel. La película no la justifica, pero la humaniza. Y eso es aterrador en sí mismo.
Mia Goth y el cuerpo como doble espejo
Mia Goth interpreta a Maxine, la joven estrella en ascenso del porno underground, pero también a Pearl, la anciana que se pudre en silencio en la casa principal. Esa dualidad no es solo un truco narrativo: es el corazón simbólico de la película. El cuerpo joven que se desea y el cuerpo viejo que se esconde son, en realidad, la misma persona. Y Ti West lo pone frente a nosotros sin cinismo.
Goth entrega una actuación física, cruda, sin miedo. En Maxine hay ambición, sensualidad y una voluntad de ser libre que no se disculpa por existir. En Pearl hay una rabia muda, una desesperación que arde bajo la piel arrugada. La decisión de que sea la misma actriz en ambos papeles no es un guiño al espectador: es una tesis visual sobre cómo envejecemos en una cultura que solo premia la carne fresca.
Una dirección que rinde homenaje sin imitar
Ti West tiene un ojo preciso. Cada encuadre en X está cargado de intención. Los planos dobles, los espejos, las composiciones simétricas… todo sirve para recordarnos que hay dos mundos mirándose mutuamente: el de los que gozan y el de los que ya no pueden. El director no se esconde detrás del gore: lo utiliza con elegancia, casi con respeto. La violencia llega cuando debe llegar. Duele, pero no explota en exceso. Es una consecuencia, no un espectáculo gratuito.
La fotografía de Eliot Rockett captura el calor sofocante del sur estadounidense con una textura granulada que remite al cine setentero. Y la banda sonora, que mezcla temas originales con éxitos clásicos de la época, refuerza la sensación de estar viendo una película que existe a medio camino entre el pasado y una pesadilla contemporánea.
Curiosidades que elevan a X por encima del promedio
Una de las decisiones más arriesgadas de Ti West fue rodar Pearl, la precuela de X, inmediatamente después de terminarla, sin anunciarlo a nadie. Esto permitió que Mia Goth pudiera interpretar a Pearl en su juventud, dándole aún más peso emocional al personaje que en X aparece como un espectro descompuesto.
Otro dato interesante es que el maquillaje prostético que convirtió a Mia Goth en una anciana fue tan detallado que muchas personas no se dieron cuenta de que era ella hasta los créditos. El proceso de caracterización tomaba entre 8 y 10 horas diarias.
A pesar de ser una película de terror independiente, X fue un éxito crítico y se convirtió rápidamente en una favorita de festivales y listas de lo mejor del año. Recibió elogios por su guion, su dirección y especialmente por la actuación de Goth, quien en ese momento ya se consolidaba como una de las nuevas caras del horror contemporáneo.
¿Qué asusta realmente en X?
Lo más perturbador de X no son las muertes, ni siquiera el giro de horror en la segunda mitad. Lo que queda clavado bajo la piel es la idea de que todos vamos a envejecer en una sociedad que venera el deseo pero castiga a quienes lo siguen sintiendo cuando ya no son jóvenes. Pearl no es simplemente una asesina. Es una advertencia. Es el reflejo de todo lo que la cultura esconde bajo la alfombra cuando ya no resulta cómodo o vendible.
La escena en la que Maxine baila en la cocina sin saber que Pearl la imita desde las sombras es uno de los momentos más poéticos y crueles del film. Dos cuerpos, dos edades, un mismo impulso vital. Pero uno es celebrado, el otro despreciado. Esa simetría visual resume todo lo que X está tratando de decir.
Una experiencia que queda después del grito
Al salir de X, uno no piensa tanto en el cuchillo o la escopeta como en los silencios, las miradas, los recuerdos reprimidos. No es una película que se limite a matar a sus personajes como castigo por el sexo, como ocurría en tantos slashers clásicos. Aquí el sexo es poder, es expresión, es incluso arte. Y la verdadera tragedia no es morir en un campo de Texas. Es vivir sin poder tocar nunca más lo que una vez te hizo sentir viva.